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¿QUIÉNES SOMOS?

El CCMB es un lugar donde padres y maestros comparten la encomienda del Señor de instruir al niño en su camino (Pr.22:6) y en el conocimiento de las Sagradas Escrituras desde pequeño (2da Tim. 3:15). Confiamos en que de esta manera, al igual que a Daniel, Dios le dará conocimiento e inteligencia para comprender toda clase de libros y toda ciencia (Dn.1:17) y al igual que Jesús crecerá en sabiduría, estatura y gracia para con Dios y los hombres (Lc.2:52).

Somos uno de los ministerios de la Fundación Educativa OIKOS , Inc. y, como tal, tenemos la misión de contribuir a ampliar la obra de Dios en la República Dominicana, siguiendo la visión de levantar una“Generación de Josué” que conquiste, impacte y transforme positivamente a su nación, con la pasión de aquellos que crecen con la Palabra de Dios implantada en sus corazones.

Entendemos que los niños tienen un llamado y un lugar especial ante el Señor: “Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios” (Mt. 10:14).

Por tanto, nos esforzamos en proveerles un ambiente lleno de respeto y amor, promoviendo un desarrollo integral y total a través de experiencias de juego y trabajo que enriquecen, facilitan y estimulan la construcción de su propio conocimiento, del servicio al prójimo y del amor a Dios.

Sabemos  que nuestros niños deben aprender a vivir en sociedad:  “No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal” (Jn. 17:16).   En este sentido, nos ocupamos de dotar a nuestros alumnos con las herramientas necesarias para su buen desenvolvimiento en la sociedad, proveyéndoles de los conocimientos contemplados, tanto en el currículo dominicano como en el norteamericano.

Así mismo, nos proponemos guiar a nuestros alumnos para que aprendan a ser excelentes en sus estudios y en todas las áreas de sus vidas, considerando que esta es la voluntad de Dios: “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor”  (Col. 3:23).

Creemos que la niñez y prima juventud son las etapas de mayor sensibilidad para la formación del carácter.  Conscientes de esta realidad y de que “... todo el que fuere plenamente instruido, será como su maestro” (Lc. 6:40), creemos que no podemos confiar la educación de nuestros hijos a personas que no toman en cuenta a Dios en sus enseñanzas, estilo de vida, carácter, pensamientos, valores, programas, ni métodos.  Por tanto, nuestros maestros han de ser cristianos comprometidos con la obra del Señor que entiendan el privilegio que representa servirle a Dios a través de la educación.

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